Aguardiente o Guaro, ese destilado de caña anisado que tantos colombianos aman. Licor nacional por excelencia y que no puede faltar en la rumba colombiana, lastimosamente no siempre se le da el reconocimiento que merece.
En el sentido estricto de la palabra el aguardiente es el alcohol que se obtiene del proceso de destilación de vino, frutas, cereales e incluso semillas. Por tanto, el aguardiente colombiano es solo uno de tantos que existen en el mundo.
Entonces ¿Qué tiene de especial nuestro aguardiente?, muchos creen que es su sabor anisado. FALSO. Tampoco es el único aguardiente anisado; como el nuestro, se producen otros en Rusia, Francia, España, Portugal, Turquía…
La razón de la popularidad de nuestro aguardiente es más sencilla que el cómo o de qué lo hacen.
Es COLOMBIANO! Así de simple.
Aunque existan otros, para nosotros es el único. Es un producto local que nos llena de orgullo desde 1787, cuando se abrió la Real Fábrica de Aguardiente de la Nueva Granada¹. El aguardiente está impreso en la memoria colectiva de todos los colombianos como licor nacional, pero ¿por qué no tiene la misma popularidad que el vino chileno, el pisco peruano, la cachaza de Brasil o el tequila mexicano?
Porque tenemos que apropiarnos de nuestro licor nacional, exportarlo, consumirlo con responsabilidad, usarlo en cócteles y sentirnos orgullosos de nuestro producto nacional por fuera del contexto de la fiesta. Es lo que han hecho nuestros vecinos con sus licores, para ellos su consumo es un ritual con implicaciones culturales sólidas. Entonces es momento de hacer con el aguardiente de caña anisado de Colombia lo que ya hemos hecho con el café y las flores. Un motivo más para hacer que las personas piensen en Colombia.
¹Martín, J. (2001). Casa de la Real Fábrica de Aguardiente Villa de Leyva-Colombia. Un acercamiento a la arqueología histórica.